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Se coexistía, día a día, en un principio con el animo de obtener el sustento, que mas se podía pedir, pero no era así, algunos por aumentar y garantizar su protección, otros para medrar en el menor tiempo posible y abandonar su condición de renacuajos con ello ser todo un batracio. Otros por simple temor, y por cientos de razones mas que todas aquí no vamos a enumerar.

Pero en aquellos tiempos, hoy ya lejanos, no era necesario hacer gran cosa para obtener el sustento, se nadaba en la abundancia; las aguas que llenaban la Charca eran ricas en sustento, había para todos. Pero la mentalidad de los batracios es así, no se puede cambiar, ¿sera porque lo tienen en los genes, había que medrar.

La Charca

Dícese de una charca, que en su buena época, cuando el agua fluía, la vida transcurría, no voy a decir que apaciblemente, pero si de forma natural. Coexistían en ella, todo tipo de renacuajos, siempre con los ojos vueltos en poder llegar a convertirse en ranas, como meta final de supervivencia.